Algunas frases del Padre Juan:

El Padre Juan permanentemente estaba moviendo a la reflexión. En muchas ocasiones lo hacía a través de refranes o sentencias, varias extraídas de la Biblia. Algunas de ellas (no todas textuales) son las siguientes:

"La ley se hizo para poner en vereda a los hombres; pero el hombre está por encima de la ley".

"La ley se hizo para el hombre, no el hombre para la ley" (La misma frase anterior pero expresada de otra forma).

“Entre dos males, el menor”.

"Dios es el socio capitalista, tú sólo eres el administrador".

"Dios perdona y olvida; tú perdonas pero no olvidas".

"Dios aprieta pero no ahorca".

"El hombre que no cree en Dios, termina fabricándose su propio dios o dioses".

“La oración modifica el cosmos”.

“La oración de 1 vale 1, la oración de 2 (mostrando los 2 dedos índices juntos) vale 11, la oración de 3 (mostrando 3 dedos juntos) vale 111, etc.".

"La oración es la que nos da la energía para encarar el día".

"Hay que pedirle a Dios no materializarnos y materializarnos".

"Somos responsables si incurrimos en ignorancia culpable".

"Los santos y los ladrones tienen carácter sanguíneo".

"No lo comprendes porque no lo has vivido"
(Se llega a la comprensión profunda de las verdades de fe cuando existe coherencia de vida. La fe, si no tiene obras, está muerta - Santiago 2,17).

"Somos dependientes del tiempo y del espacio".

"Lo que para ti es azul, para él es amarillo; para aquel, rojo; para el otro, verde, etc."

“Una cosa es sentir y otra, consentir”.

“Yo te hundo hasta el infierno y luego te voy sacando poco a poco” (durante la confesión. Ver artículo ´Se nos fue un cura bueno´).

“Haz lo contrario”.

"Se tú mismo".

"Te quiero hombre - HOMBRE".

“Lo pasado, pisado”.

"Estás funcionando por ley de inercia".

"No apliques la ley del embudo".
(ancho para ti, angosto para los demás).

"No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a tí" (en sentido negativo; Tobías 4,15 -AT).

"Trata a los demás como quieres que te traten a tí" (en sentido positivo; Mt 7,12 -NT).

“Si no eres un buen sacerdote, te conviertes en un cerdote” (referido por el P. José Gómez I. quien lo tuvo como maestro en el Seminario).

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